Retrato de Iulia Augusta en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba
Ana María Vicent Zaragoza
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ANA MARIA VICENT ZARAGOZA
(Córdoba)
RETRATO DE IULIA AUGUSTA EN EL MUSEO
ARQUEOLOGICO PROVINCIAL DE CORDOBA
1. ENVIO
Con sumo gusto acudo a la cita del amigo Pla Ballester, actual
director del SIP, para testimoniar nuestro afecto y admiración hacia su
antecesor don Domingo Fletcher Valls, pues a este ilustre arqueólogo
valenciano me unen fuertes lazos de amistad desde mi juventud ya que
él precisamente me dio en la Universidad de Valencia las primeras clases de prehistoria con las que me inicié por esos intrincados vericuetos
de la arqueología. Esa amistad, ya por sí sola, justificaría mi participación en el presente libro de homenaje, pero no son unicamente estos
mis motivos. Aparte de las múltiples atenciones que conmigo siempre
ha tenido y tiene, deseo manifestar también mi gran admiración hacia
la ingente labor del arqueólogo y del filólogo, que rebasa los límites del
mundo ibérico, en el que tantísimo destaca, para antes y después de
esa época adentrarse también por otras culturas, con frecuencia
incluso fuera de la región valenciana.
Mi contribución en honor del ilustre estudioso forma parte de unas
investigaciones que voy preparando desde hace un tiempo en tomo a
unas series de piezas homogéneas entre las cuales se encuentran los
retratos de época romana co!lBervados en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba. Dentro de esos retratos he escogido uno que di a
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conocer muy someramente en el año 1971 junto con otras piezas de un
conjunto de hallazgos que divulgé entonces sin un estudio extenso.
He escogido para esta ocasión el que creo corresponde al más antiguo retrato romano femenino fechable que se conserva en el Museo
que dirijo.
2. DATOS GENERALES
La pieza ingresó en el Museo Arqueológico de Córdoba el 2 de
junio de 1968 por entrega, a instancias mias, del arquitecto don Rafael
de la Hoz Arderius. Se registro con el número 24.558. Fue encolltrada
en el solar situado en la esquina de las calles Angel de Saavedra y
Rodríguez Sánchez de la ciudad de Córdoba. Vid. figura plano.
La cabeza es de mármol blanco de grano fino, con cuello que termina en forma niás o menos cónica para insertar en el cuerpo de una
estatua que debe suponerse entera es decir no un busto. La altura
total, contando el cuello y su apéndice inferior, es de 36'2 centímetros;
desde el punto·más alto de la cabeza hasta el arranque de la barbilla el
cráneo alcanza una altura de 22 centímetros. Estas últimas medidas
corresponden a un retrato de tamaño natural.
Su estado de conservación es deficiente, por desgracia. Se haJJan
ahora rotos, por golpe ya viejo, parte de la zona baja de la nariz, un sector del peinado sobre el lado derecho de la frente, el globo del ojo derecho y parte del globo del ojo izquierdo. La superficie original ha
saltado en finas cepitas en muchas zonas del retrato, aunque queda
intacta en algunos lugares de la cara, del peinado y del cuello. Además
tiene puntos oscuros al parecer producidos por minúsculos hongos. A
juzgar por las zonas en donde la superficie original se halla intacta, el
terminado poseía un buen pulimento.
Para apreciar la calidad estética de la pieza hay que atender al
estado original en que la dejó el escultor antiguo, operación que nosotros ahora podemos realizar observando las superficies intactas y
otras esculturas bien conservadas. Practicando esta operación reconstructiva que referimos se puede afirmar que la pieza era de muy
buena calidad.
3. IDENTIFICACION
El aspecto general de esta cabeza hace pensar no en una representación genérica de divinidad femenina o de algún concepto abstracto
simbólico sino en tm retrato personal. Los ojos, de aspecto bovino,
están muy abiertos; la boca es pequeña y de labios finos; el mentón
tiene un aspecto triangular. El peinado posee en su parte delantera,
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con raya central, una especie de corona de guedejas onduladas, que
desde la frente y sienes se dirigen hacia las orejas y, después de ellas,
en forma de tira enrollada van al moño; en la bóveda craneal el peinado
ofrece largas y finas estrías de pelo que se dirigen también hacia la
nuca; el final de todo el cabello se recoge en una serie de pequeñas
trenzas que forman un moño sobre la nuca. El citado cabello que cubre
gran parte del cráneo parece, hacia su zona baja, entrecruzarse como
si formara una redecilla.
Este tipo de peinado se encuentra en retratos femeninos de la primera mitad del siglo primero de nuestra era. Los rasgos faciales
corresponden a los que vemos en los retratos de la emperatriz Livia
Drusilla (57 a. d.· C. a 29 d. de C.), esposa de Octavio Augusto primer
emperador romano. Así, como Livia, la di a conocer en 1971 (1), identificación aceptada por tods· los estudiosos que posteriormente se
han referido a este retrato. En efecto, su perfil es el típico de esta
emperatriz y también el óvalo del rostro, la frente, ojos, nariz, boca,
mentón, etc.; igualmente el peinado coincide con alguno de los que
llevó Livia.
4. PEINADOS DE LIVIA
La evolución del peinado en los estudios iconográficos de personajes femeninos romanos es de gran interés para fechar un retratO lo
mejor posible. En el caso de Livia, desde su primer ilustrador Bemouilli en 1882 hasta hoy se ha avanzado grandemente en el estudio de tal
evolución, aunque en el detalle queden todavía puntos oscuros. En
líneas generales los diversos tipos de peinados de la emperatriz Livia
se pueden dividir en dos grandes clases. La primera se caracteriza,
entre otros detalles, por un tupé o copete levantado sobre el centro de
la frente y por una trenza sagital desde el tupé al moño nucal. La
segunda no presenta tupé ni trenza y ofrece, en cambio, raya mediana
de la que parten a cada lado los mechones ondulados que forman la,
corona frontral. En·ambas clases estas ondas descienden hacia la nuca
donde se recogen en un moño. L'a primera clase, que es de aspecto más
itálico, se subdivide en una serie de grupos o tipos que ahora no
(1) A. M.• VICENT ZARAGOZA: «Situación de loa tUtlmoa hallazgos romanos en Córdoba», Crónica del XD Congreso Nacional de Arqueología (Ja6n, 1971), Zaragoza, 1978, páp. 67•· 680.
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comentaremos por no interesar al retrato de Córdoba directamente, y
además por no existir unanimidad entre los estudiosos (2).
La segunda clase recoge algunos elementos de la primera pero lo
peculiar, como ya he señalado, es la crencha o raya mediana en el centro de la frente lo cual, junto con otras características de estilo, dan a
esta serie de retratos un aire clasicizante de raíz helénica. Los más
antiguos retratos,de Livia pertenecen a la primera clase, recuerdan al
llamado peinado de Octavia (hermana de Augusto), y fueron usados
por la emperatriz hasta la muerte de Augusto en el14 d. C., e incluso
posiblemente durante los primeros años de su viudez. La segunda
clase de retratos, a la que pertenece el de Córdoba, se documenta con
seguridad en el 22/23 d. C. bajo Tiberio, momento en que aparecen
unos conocidos dupondios con su imagen idealizada y los letreros
Salus Augusta, Pietas, Iustitia; en el primero la cabeza va descubierta,
en el segundo va cubierta y con diadema y en el tercero con diadema y
descubierta (3).
5. EL PEINADO HELENIZANTE Y SUS·ELEMENTOS GRIEGOS
.. .
: . :.
Nuestro retrato, al carecer del protuberante tupé o nodus sobre la
frente y de trenza sagital, nos lleva hacia el segundo de los citados grupos es decir el helenizante. En este grupo helenizante se encuentran
ciertos elementos que se hallaban también en los peinados de tipo itálico observables igualmente en la pieza del Museo de Córdoba. Así los
cabellos agrupados en pequeños mechones formando finas y largas
estrías sobre el cráneo se ven prácticamente en todos los retratos de
tipo itálico y en numerosas monedas, especialmente de la parte oriental del Imperio que lo reflejan (4); también la distinción entre el pelo
del cráneo y la corona de mechones ondulados que em:nai-ca parte dAl
(2) Entre loa de loa últimos lllloaaeftalemoa: L. FABRINI, e. v. «Livla Druaila,, E. A. A., IV, 663667, con trea tipoa (a, b, e), sel!\1n el aepeeto mú o menoa juvenil de la emperatriz en loa retratoa.
Indica V. POULSE.N: «Lea portraita romaina, I>>, Copenhaguen, 1978, pága. 66·69, cuatro tipos erono1.6gieoa (A, B, C, D). Insistiendo especialmente en monedas, eobre todo de la parte oriental, W. H.
OROSS: «Julia Auguata», Góttingen, 1962, trata de eatablecer unu buea eronológleu pare eatoa y
otroa retratoa de Llvla, que en buena parte y máa resumidamente, lllladiendo otraa obaervacionea, ordenan K . FlTrsCHEN y P. ZANKER: «Katalog der rilmiaehen Portrita in dar Capltoliniachen
MUNen...,III»,Mainz,1988,número 1,p.1 y2 (ynotu) eneuatrogropoaprincipalea tlpo-crono16gicoa
(VIlla Albani-Bonn, Glypt. Ny Cadaberg 616, Glypt. Ny Carlaberg 616, Marbury Hall).
(S) J. J. BERNOULU: «RRmiacbe Ikonogrephie», n, 1, Berlin y Stutprt, 1886 (reimpresión de
1969), lám.
núma. 11, 12 y 18; H. COHEN: «Deeeriptlon biatorique dea monnaies frap~ea
IIOUII'Empire romain», Paria, 1888 (reimpresión), Livla 1-6; RIC, 1Tb. 22, 24; RIC, l (reviaión edición
de 1984) 7lb Rome 48, 46, 41; cfr. M. GRANT: C
y u .; BMC 98, 79, 82.
(4) Cfr. GRANT, op. cit. en la nota anterior, lám. 8 , panlm.
xxxn.
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rostro e igualmente el moño se encontraban en el peinado de ti.po itálico propio de época tardorepublicana y de los comienzos del Imperio
incluso después de Augusto.
··
La novedad representada por los dupondios del 23/24 consiste en
eJiminar el tupé frontal y la trenza sagital acentuando las ondas que
desde el centro de la frente enmarcan el rostro y juntan sus mechones
en el moño tradicional de la nuca. El nuevo rostro femenino posee por
su peinado un carácter más griego. En los peinados con la cabeza de
Salus Augusta las estrías sobre el cráneo se sustituyen por ondas paralelas; en cambio, el cabello estriado permanece en la representación
de Iustitia. El retrato de Córdoba reflejaría, por tanto el tipo Iustitia
pero sin el atribut;o de la diadema, elemento accesorio en relación al
peinado aunque de interés en la simbología iconográfica.
No sin intención la iconograffa de Iulia Augusta (Livia) en esos
dupondios y en otras esculturas recoge en el peinado elementos que
aisladamente al principio y luego reunidos se han ido formando en la
larga tradición iconográfica griega, como señalaremos brevemente a
continuación. La diferenciación entre la parte delantera del peinado y
el cabello sobre el cráneo en la escultura griega viene desde lejos con
ejemplos esporádicos en el siglo VII a. C. (5) que aumentan en el
último cuarto del siglo VI (6) y se difunden desde el V en adelante; la
disposición del pelo en ondas con raya central coronando el arco superior del rostro empieza en el siglo V a. C., sigue en el IV y continúa después, usándose especialmente para divinidades femeninas (a veces
también Apolo) aunque no falta en otros personajes femeninos (algunos documentados en estelas). Este marco frontal de ondas aparece
co~binado con el aludido cabello estriado sobre el cráneo ya en pleno
clasicismo griego del siglo V a. de C.
Entre griegos se observan desde el siglo V a. de C. grupos de
mechones detrás de la cabeza reuniendo enrollada la larga cabellera
en posición baja hacia la nuca, especie de moño, como un rollo (a veces
recubierto con una cofia, tipo diosa sentada tarentina de Berlín,
«Safo», etc.); a esta especie de moño se añade, también en esa época,
·en ocasiones. otro menor más alto (que aparece más en pinturas de
vasos que en esculturas). A lo largo del siglo IV los casi moños se pro-
(6) Por ejemplo, un pequeño bronce de Olimpia en el Museo Arqueológico de Atenu, 6619: H .-V.
HERRMANN: 110zympia. Heiligtun und Mettampfatitta», München, 1972, 96 y aa., l&n. 29; cabecita
de marfil del museo de Eaparta, 16.360; E . L. MARANGOU: «Lakoniache ElCenbein», 'l\'lbingen,
1969, nóm. 18, fig. 30.
(6) G. M. A. RICHTE.R: 4t, Londres, 1968, nóm. 36 y 122.
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digan en las representaciones de deidades femeninas (y Apolo), pero
no dan la impresión de constituir moños formados por un ovillo de
trenzas; el moño de ovillo de trenzas es, en cambio, muy corriente en
las figuritas de terracota con el «peinado de melón».
Esos elementos de los peinados griegos, especialmente los de los
siglos V y IV a. C., son los modelos de los retratos femeninos helenizantes de Livia y otros personajes, lo cual se halla en perfecta consonancia con la renovación del arte áulico de Augusto en sentido
neoclásico griego e incluso neoático. La nueva moda artística se
basaba también en la ideología general de relacionar la historia de
Roma con la de Grecia y especialmente la de los orígenes de la dinast:Ja
Julio-Claudia fundada por Augusto. Todo esto es muy sabido y bien
estudiado (7). Es muy comprensible que en la iconografía de Livia
(lulia Augusta) se aprecien los indicados caracteres formales helenizantes dada su posición de madre de la nueva dinastía, con toda la
carga político-ideológica que esto suponía.
Es preciso observar, por otra parte, que retratos helenizantes
como el de Julia Augusta se usaron en esta época también para divinidades e incluso figuraciones simbólicas femeninas (8), pues se trata de
un peinado no reservado exclusivamente a la emperatriz.
6. POSIBLES MOTIVO Y FECHA DEL CAMBIO DE PEINADO
Se podría discutir también qué motivo induciría a lulia Augusta
para abandonar su tradicional peinado y cambiarlo por el más helenizante en una edad bastante avanzada de su vida. En realidad la pregunta debería referirse más bien al cambio del peinado en sus retratos
representados en estatuas, monedas, camafeos, etc. a partir del reinado de Tiberio y en obras póstumas.
Para indagar la ocasión y cronología del cambio al nuevo peinado
(que es el del retrato de Córdoba) tal vez sea útil fijarse en que la
mayoría de los retratos de Livia-Iulia Augusta con el peinado heleni-
(7) J. GAGE: «Divua Auguatua, l'id6e dynaatique chezlea empereun Jullo-Claudiena», en Revue
11 y u.; A. SADURSKA: «La poHtique dyna11ique d'Auguate etl'art
de aon tempa», Étudea et Travauz, IV, Var10via, 1969, pqa. 93-106; B. ANDREAE: «L'Art de l'ancienne Rome11, Paria, 1973, capítulos «Le aiacle d'Au¡uate» y «La malaon imperiale Juill..Cleudlenne»,
1>41•· 101 y ...
(8) Por ejemplo, 1aa doa cabezu de estin¡e del Fibwilliam Muaeum que, con otlu nueve copia&
conocidaa, proceden de un original 'tico quiú de hacia 460-450 a. C., tipo popularisado por copiu
romanu de
Julio Claudia; cfr. L. BUDDE y R. NICHOLLS: «Catalogue of tbe Greek and
Romain Sculpture oftbe FitlwilliamMuaeum Cambrid¡e~t, Cambridp, 196-', n6ma. 40 y 41, náma. 2022,!ml. 10.
Arc~ologique, Paria, 1931, páp.
'poca
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zante llevan atributos varios como diadema, tutulus, corona vegetal; a
veces se toca con uno solo de estos atributos y otras los atributos son
dobles. En ningún peinado del otro tipo hemos visto tales atributos.
Resulta lógico, pues, pensar que el cambio de peinado va unido a la
adopción de esos atributos.
La diadema era propia de divinidades y a partir de Livia también
de las damas de la familia imperial que recibieron el título de Augusta.
La diadema, en teoria, podria suponer una cierta asimilación de Livia a
divinidades femeninas como Cerea (Demeter), Juno (Hera), Venus
(Afrodita), Fortuna (Tyche) y otras (9) o a virtudes personificadas
(10), etc. Para la fecha de la adopción de la diadema por Livia la única
referencia segura es su aparición en el tipo Iustitia y en el velado de
Pietas de los mencionados dupondios del22/23 d. C.; algún investigador relaciona la diadema unicamente, al parecer, con la divinización
póstuma de Livia por su nieto Claudio en el año 41 d. C., aunque debemos observar que la Livia procedente de Paestum, conservada en el
Museo Arqueológico Nacional de Madrid, poseía diadema, escultura
que se fecha entre el22/23/24 d. C. (11), es decir bajo el reinado de
Tiberio, viviendo todavía la emperatriz viuda, y que la Livia de la basílica de Velleia también posee diadema y se data, por inscripciones,
entre el 38 y el 41, bajo Claudio (12); si se aceptan estas fechas la
adopción de la diadema es desde luego anterior a su divinización por
Claudio y también lo es, por tanto, el peinado de tipo helenizante en
estas representaciones con dicho atributo.
El tutulus es propio en Livia de su carácter de sacerdotisa del culto
de Augusto divinizado, divinización que tuvo lugar el 17 de septiembre del año 14 de la era, lo cual orienta la cronología de los retratos con
(9) Cfr. H. W. RITI'ER: «Dladem und K6nigh81T11Chaft», MODchen·Berlin, 1966. En monedaa con
Livia: V. H. GROS S, o. c. en la nota 2, págs• .(3 y aa. y figuree en variaa Ummaa. Para una monedaa de
Hi.epalie, vid. F. CHAVES TRISTAN: «Livla como Venua en la amonedación de Colonia Romula>l,
Acta Numismática, vm, Barcelona, 1978, págs. 89·96. Como Cerea, aentada, en el «Gran
Camafeo de Francia».
(10) Para Livla·Pietaa, vid. A. MARCOS POUS: «Retrato de Iulla Augusta, de arte local hlepano·
Wtico, en el Mu.aeo Arqueológico de Córdoba», Corduba Archaeoloc!ce, 10, Córdoba, 1980·81, págs.
ss-.a (con bibliocrafJa).
(11) A. GARCIA Y BELLIDO: «La Livla y el Tiberio de Paeatum en el Mueeo Arqueológico Nacional de Madrid», Archivo Eepdol de Arqueologia, XIX, Madrid, 1946, págs. 146-148; A. GARCIA Y
BELLIDO: «Retratoe romanoe del Mueeo Arqueológico Nacional de Madrid>t, Revieta de Archivos,
Bibliotecas y Muaeoe, LIV, Madrid, 1948, páp. 460-466; GROSS, op. cit. en la nota 2, páp.
114 y 81.
(12) GROSS, o. c. en la nota 2, p6p. 112 y aa., láma. 23.1 y 24; C. SALETI'I: «11 ciclo atatuario
della builica di Velleia», Mllan, 1968.
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esa cinta (13), como los de Leningrado y Copenhaguen (14), pero
resulta difícil dar una fecha concreta a los retratos en que aparece. La
corona de espigas y flores de algunos retratos de Livia, que a veces llevan además el tutulus, cuando poseen este último atributo son también
posteriores al14; las espigas son atributo específico de Ceres (Demeter), divinidad a la que fue asimilada Livia, ya en época de Tiberio,
según el testimonio de muchas monedas, algunas con peinados de tipo
anterior al helenizante (15).
De estas observaciones se desprende en líneas generales que los
mencionados atributos aparecen en época de Tiberio (14-37) y desde
luego se hallan ya, la diadema por lo menos, en el 22/23 y el tutulus a
partir del14. Siempre, como hemos dicho, los atributos van sobre el
peinado helenizante. Así, pudiera interpretarse que el cambio de un
peinado a otro por Livia (del tradicional en ella al helenizante) se
fecharía tal vez a partir del 14. d. de. C.
En este tiempo, muerte de Augusto y divinización casi inmediata,
Livia al ser adoptada en la gens Julia por testamento de Augusto cambió su nombre por el de Iulia Augusta· y, además (ya lo hemos antes
indicado), asumió el cargo de sacerdotisa de su marido divinizado. El
título de Augusta implicaba un cierto carácter sacro del que también
participaría, además, como esposa del divus.
Las circunstancias histórico-político-religiosas señaladas probablemente condujeran a la adopción de la diadema por Livia, com~ símbolo de su nueva dignidad, lo cual llevaba consigo el cambio a un
nuevo peinado inspirado en .er de las divinidades femeninas (muchas
de ellas precisamente con diadema) pues además es difícil, desde el
punto de vista estético, imaginar una diadema sobre un peinado con
tupé en la frente.
Así, pues, como hipótesis, el peinado que aparece en el retrato de
Iulia Augusta del Museo Arqueológica de Córdoba podría fecharse a
partir del 14 de nuestra era.
Pero tal vez en los retratos, el nuevo peinado de la emperatriz no
sustituiría por completo al anterior. Sabemos que en algunas monedas
(13) A. RUMPF: «Antonia A~», Berlin, 1941, ~. 31.
(U ) POULSEN, op. cit. en la nota 2, núm. 3 6 y ~· 72.
(16) Vid. GROSS, op . cit. en la noa 2 yPOULSEN, op. cit. en la misma nota. Corona de espigas y
frutos en la mano, como Cerea, lleva la Livia (Julia Au¡u.sta) del «Gran Camafeo de Francia», de fecha
diecutida (L. F. van ZWET: «Women'aHairdre11and the Grand CamM deFrance»,Bulletin... Antieke
Beachaving, XXIX, 1964, pc(ga. 62-66,lo data hacia el 20 de C.; Z. KISS: «L'iconop-afie d ea princea
jullo-c:laudiennea au tempa d'Auguate et Tibére», V81'110via, 1938, ~·· 132 y aa. propone la fecha d el
28 de C., pero de ejecución muy al comienzo de Calígula, en el 87 d. C., ~. 134 y 136).
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fechables continúan en tiempos tiberianos retratos de Livia con tupé.
Ba. tantes estudiosos datan bajo Tiberio retratos de Livia con el peis
nado tradicional.
En la rebúsqueda iconográfica que hemos efectuado (incompleta
por no disponer en Córdoba de una extensa bibliografía} no hallamos
paralelos próximos a este retrato cordobés en relación con su peinado
helenizante sin atributos. El pelo liso del cráneo se observa en muchos
retratos no velados del peinado helenizante, pero casi siempre con las
estrías más acentuadas. Las mayores diferencias se notan en las ondas
de la parte delantera del peinado que descienden por los lados hacia la
nuca; normalmente, en la mayoría de los casos, esas ondas están bastante más marcadas que en el retrato de Córdoba.
7. CRONOLOGIA PROBABLE DEL RETRATO CORDOBES
A primera vista se diría que el peinado de este retrato cordobés
pertenece más bien al tipo tradicional que al helenizante debido a las
mencionadas atenuaciones de las ondas frontales y a la impresión
general de la pieza. Pero, a pesar del desconchado situado casi en el
centro de la frente se puede afirmar con toda seguridad que en el lugar
del desconchado no hubo originariamente tupé. La rotura frontal del
peinado se halla algo desplazada hacia la izquierda del espectador y en
lo que queda casi intacto hacia la derecha debería verse forzosamente
algo del tupé, cosa que no ocurre. Además el límite entre el tupé y la
frente forma siempre en todos los retratos del peinado tradicional una
línea neta casi horizontal ligeramente combada en el centro¡ en el
retrato del Museo Arqueológico de Córdoba, en cambio, el límite entre
peinado y frente forma una línea sinuosa, correspondiente a ondas,
con vértice central hacia arriba marcando la raya central de separación
de las ondas que desde ese punto arrancan para dirigirse a uno y otro
lado, detalle que descarta el peinado tradicional y lo caracteriza
como helenizante.
Sin embargo, si sé comparan las series de retratos de peinado tradicional con las que llevan el peinado helenizante (menos numerosa
esta que aquella}, se saca la impresión de que el retrato del Museo
Arqueológico de Córdoba, a pesar de la carencia de trenza sagital y de
tupé, se halla más próximo formalmente de algunos· ejemplos con peinado tradicional que de la mayoría de los retratos de la serie con peinado helenizante (tipo Salus u otros). Esta observación, tal vez
subjetiva debido al mal estado de la pieza, permitiría afirmar que el
retrato en estudio pudiera ser anterior al22/ 23 y posterior al14 de la
era, fecha esta última en la que, según hemos indicado poco antes,
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Livia Drusilla cambió su nombre por Iulia AlWlBta y probablemente
adoptó el peinado de las divinidades femeninas helénicas. Un detalle
bastante arcaizante lo constituye la tira de cabellos enrollados que
continuán a partir de la oreja, las ondas frontales transformadas hasta
su unión con el moño nucal; aunque esto se aprecie en los dupondios
tipo Salus y Iustitia, los retratos de tipo helenizante eliminan ese enrollado o enroscado, presente, en cambio, en bastantes peinados (de
Livia y otras damas) de carácter tradicional, como la supuesta Atia,
madre de Augusto, de época augustea (16), también la Octavia, de
Fulda, fallecida en elll a. de C. (17), la Livia con tupé del Museo Británico, número 1990 (18), una dama de hacia ellO a. de C. del Museo
Capitolino (19), o los retratos de dos jóvenes del sepulcro de los Licinios, ahora en Copenhaguen con el peinado antigo de Livia (20), o una
dama (procedente de Itálica) en una colección de Palma de Mallorca,
datable, según su editor, a finales de Augusto o comienzos de '!iberio (21).
Por lo dicho juzgamos posible, como hipótesis, que este retrato
cordobés de lulia Augusta pudiera fecharse entre el14/15 y el22/23
d. C. Si se confirmara tal suposición nos hallaríamos probablemente
ante uno de los más antiguos retratos de lulia Augusta (no ya Livia)
conocidos. Aunque también hay que tener en cuenta que un8 cosa es la
fecha de un prototipo y otra la época de su ejecución y por tanto no se
puede absolutamente excluir una datación posterior.
8. PRESTIGIO DE IULIA AUGUSTA EN LA BETICA
Hemos fechado hipotéticamente este retrato cordobés de Julia
Augusta en un momento en que la emperatriz tenía una edad entre los
70 y los 80 años. Como se habrá observado los rasgos no son los propios de una persona de esa edad. Ahora bien, el rejuvenecimiento en
los retratos de los rasgos faciales es una normal y curiosa característica
(16) J. FREL: «Roman Portreita in the Getty Muaeum», 1981, nóm. 18, p!¡. 27; J. PREL, en J.
CHAMAY, J. FREL y J.-L. MAIER, «Le monde dee C&eara», Ginebra, 1982, )liga! 64-67, láma.
8, 8a, etc.
(17) V. von HEniTZE: «Die antiken Portrita in Scblou Faaaneli.e bel Fulda», Malnz, 1968, nóm.
18, pq. 19, láma. 20, 21 y 110...
(18) GROSS, op. cit. en la nota 2, lám. 17.
(19) P. ZANKER, en FITTSCHEN y ZANKER, op. cit. en la nota 2, nóm. 49 , P'c· 42,1áma. 63.8
y 63.4.
(20) POULSEN, op. cit. en la nota 2, nóm. 69, Jmn. CXIX y nóm. 70, Um. CXXI.
(21) A. GARCIA Y BELLIDO: «Doa retratoe femeninol de IWicá en una coleccl6n particular de
Palma de Mallorca•, An:hivo Espafiol de Arqueología, XXII, Madrid, 1949,
y 3.
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pqa. 836-346, fip. 2
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11
de la mayoría de los retratos masculinos y femeninos de la iconografía
romana de esta época y también de alguna otra. Como ya he señalado
son figuraciones que servían a la propaganda político-religiosa de la
dinastía y por ello se suprimen los naturales estragos que el tiempo
produce en el rostro de los humanos. También pudo haber en este
fenómeno motivos de vanagloria o razones clasicizantes de tipo estético muy propias de las mujeres a los que no escapaban tampoco los
varones. Los soberanos y sus familias debían aparecer ante sus súbditos como eternamente jóvenes, fuertes y bellos.
En época de Tiberio (14-37 d. de C.) Livia, o mejor Iulia Augusta,
gozaría de gran prestigio por su doble carácter de sacerdotisa del culto
de su marido Augusto, fallecido, y por su condición de madre del
emperador reinante. Estos méritos eran suficientes para erigir retratos en esa época. También, dentro de esos años, el 22 fue especialmente propicio pues Livia tuvo una grave enfennedad; su hijo el
emperador Tiberio orden6 preces públicas, Livia sanó, se mandó erigir en Roma un gran monumento en honor aLivia como Pietas. En Hispania todo esto tuvo su repercusión y se debieron levantar
monumentos a Livia de los que tenemos documentado años después
uno en Zaragoza. Livia falleció el año 29 sin ser divinizada por su hijo
Tiberio a quien sucedió Calígulanieto deLi~ el año 37. Enel41 sube
al trono Claudio, otro nieto de Livia, quien divinizó enseguida a su
abuela que desde ese momento era pficialmente diva; también esta
ocasión seria favorable para fechar quú:ás otros retratos de Livia.
Nosotros pensamos, en hipótesis, que el modelo del retrato de
Livia del Museo Arqueológico de Córdoba pudiera fecharse entre el
14/ 15 y el22/ 23 d. de C.• sin excluir una ejecución más tardía. En un
trabajo reciente, A. Marcos Pous ha escrito unas páginas acerca de la
que él califica «excepcional posición de lulia Agusta (es decir, Livia)
en la Bética bajo Tiberio», aportando testimonios epigráficos, numismáticos, escultóricos y de fuentes escritas antiguas acerca de ello. No
hay que olvidar que una delegación de cordobeses acudió el año 25 a
Roma para solicitar del Senado la erección en Córdoba de un templo
dedicado a Tiberio y Livia. El estudioso citado habla de que por esos
años existía en la Bética un «clima de exaltación» respecto a Livia
(22). Me parece que estas circunstancias pueden justificar mi idea de
que el retrato de Livia que ahora estudiamos pueda situarse en la
(22) MARCOS POUS, op. cit. en la nota 10, cap.
86·37.
- 361-
vn, «~, pqe.
[page-n-362]
TENDILLAS
S
' .
o
1
Pla. 1.-CORDOBA. MOtor del VÍCUI hilpanul, ooa. R
so m.
1
parte central d•tro del CÚ'cnllO, y
• 61 el pwato nepo bldlcando ellapr del ballu¡o del retablo ele Uvia. I..a
IIODU rqadu OOJ'I'MPODd• aiO!aret donde ha iDtenea.ldo el Mueo Arqu~
161foo de Córdoba.
[page-n-363]
RETRATO DE IULJA AUGUSTA
18
época de Tiberio y encuadrarse históricamente en ese ambiente
político-religioso de la propaganda dinástica de la fami1ia julioclaudia.
·
9. EL LUGAR DE HALLAZGO POSIBLE CENTRO OFICIAL
El lugar del hallazgo del retrato de Iulia-Augusta creo que puede
proporcionarnos también algunos datos que interesan. Se descubrió
en la esquina de las calles Angel de Saavedra y Rodríguez Sánchez.
Esta zona pertenecía al vicus, o barrio, «de los hispanos», nombre de
un barrio antiguo de la Córdoba romana que aparece en una inscripción que publiqué años atrás junto con otra que nos daba el nombre
antiguo de un segundo barrio cordobés, el vicus forensis (23). El centro
del barrio hispano, por lo que sabemos a través de nuestras investigaciones personales de la topografia de la antigua Córdoba, se hallaba
precisamente en los terrenos pr6ximos a donde se encontró nuestro
retrato. Grandes elementos arquitectónicos se descubrieron allí en el
siglo pasado y otros más por los años sesenta, que conseguí recuperar
para el Museo, como común patrimonio del pueblo, donde se hallan
expuestos. Esa zona ha producido también inscripciones de magistrados {expuestas en el Museo y por mi publicad:as) y diversas esculturas,
algunas publicadas y otras en estudio. Lástima que la destrucción del
yacimiento realizada con máquinas no permitiera hace unos veinte
años practicar aquí una excavación sistemática y estudiar in situ los
restos de estructuras que allí pudieron aparecer. Sin embargo las piezas muebles que poseemos nos permiten deducir que por aquí se
hallaba el centro del barrio llamado de los hispanos, lugar con edificios y monumentos públicos tal vez en tomo a un foro distinto del Foro
de la provincia Bética (que hemos excavado y documentado, como es
sabido, en otro barrio de la Córdoba romana) (24). Teniendo en cuenta
las aludidas circunstancias del hallazgo este retrato de Livia, que en
nuestro caso es mejor calificar de lulia Augusta, adquiere un más justo
significado por su situación topográfica dentro de la Colonia Patricia.
(2S) VICENT ZARAGOZA, op. cit. en la nota 1, ~·· 672 y 11.
(24) A. MARCOS POUS y A. M.• VICENT ZARAGOZA: «
1aa excavacionea en IIOlarea de la ciudad de Córdoba y a1gunoa reaultadoe topocrtiicoe generalea», en
«Arqueología de laa ciudedea modema.a superpueataa a laa antiguaa (Zararoza, 198S)», Madrid, 1985,
pega. 2Sl-262, especialmente la pág. 241, n\ÍJn. 15, la fig. 1 y la pq. 249.
-363-
[page-n-364]
VJCENT.- Retrato de l ulia Au¡:usta
LAM. l
- 364-
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VlCENT.- Rctrato de lulía Augusta
LAM. II
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VlCENT.- Retrato de Julia August11
LAM. 111
[page-n-367]
ANA MARIA VICENT ZARAGOZA
(Córdoba)
RETRATO DE IULIA AUGUSTA EN EL MUSEO
ARQUEOLOGICO PROVINCIAL DE CORDOBA
1. ENVIO
Con sumo gusto acudo a la cita del amigo Pla Ballester, actual
director del SIP, para testimoniar nuestro afecto y admiración hacia su
antecesor don Domingo Fletcher Valls, pues a este ilustre arqueólogo
valenciano me unen fuertes lazos de amistad desde mi juventud ya que
él precisamente me dio en la Universidad de Valencia las primeras clases de prehistoria con las que me inicié por esos intrincados vericuetos
de la arqueología. Esa amistad, ya por sí sola, justificaría mi participación en el presente libro de homenaje, pero no son unicamente estos
mis motivos. Aparte de las múltiples atenciones que conmigo siempre
ha tenido y tiene, deseo manifestar también mi gran admiración hacia
la ingente labor del arqueólogo y del filólogo, que rebasa los límites del
mundo ibérico, en el que tantísimo destaca, para antes y después de
esa época adentrarse también por otras culturas, con frecuencia
incluso fuera de la región valenciana.
Mi contribución en honor del ilustre estudioso forma parte de unas
investigaciones que voy preparando desde hace un tiempo en tomo a
unas series de piezas homogéneas entre las cuales se encuentran los
retratos de época romana co!lBervados en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba. Dentro de esos retratos he escogido uno que di a
- 351-
[page-n-352]
2
A. M. VICENT ZARAGOZA
conocer muy someramente en el año 1971 junto con otras piezas de un
conjunto de hallazgos que divulgé entonces sin un estudio extenso.
He escogido para esta ocasión el que creo corresponde al más antiguo retrato romano femenino fechable que se conserva en el Museo
que dirijo.
2. DATOS GENERALES
La pieza ingresó en el Museo Arqueológico de Córdoba el 2 de
junio de 1968 por entrega, a instancias mias, del arquitecto don Rafael
de la Hoz Arderius. Se registro con el número 24.558. Fue encolltrada
en el solar situado en la esquina de las calles Angel de Saavedra y
Rodríguez Sánchez de la ciudad de Córdoba. Vid. figura plano.
La cabeza es de mármol blanco de grano fino, con cuello que termina en forma niás o menos cónica para insertar en el cuerpo de una
estatua que debe suponerse entera es decir no un busto. La altura
total, contando el cuello y su apéndice inferior, es de 36'2 centímetros;
desde el punto·más alto de la cabeza hasta el arranque de la barbilla el
cráneo alcanza una altura de 22 centímetros. Estas últimas medidas
corresponden a un retrato de tamaño natural.
Su estado de conservación es deficiente, por desgracia. Se haJJan
ahora rotos, por golpe ya viejo, parte de la zona baja de la nariz, un sector del peinado sobre el lado derecho de la frente, el globo del ojo derecho y parte del globo del ojo izquierdo. La superficie original ha
saltado en finas cepitas en muchas zonas del retrato, aunque queda
intacta en algunos lugares de la cara, del peinado y del cuello. Además
tiene puntos oscuros al parecer producidos por minúsculos hongos. A
juzgar por las zonas en donde la superficie original se halla intacta, el
terminado poseía un buen pulimento.
Para apreciar la calidad estética de la pieza hay que atender al
estado original en que la dejó el escultor antiguo, operación que nosotros ahora podemos realizar observando las superficies intactas y
otras esculturas bien conservadas. Practicando esta operación reconstructiva que referimos se puede afirmar que la pieza era de muy
buena calidad.
3. IDENTIFICACION
El aspecto general de esta cabeza hace pensar no en una representación genérica de divinidad femenina o de algún concepto abstracto
simbólico sino en tm retrato personal. Los ojos, de aspecto bovino,
están muy abiertos; la boca es pequeña y de labios finos; el mentón
tiene un aspecto triangular. El peinado posee en su parte delantera,
-362 -
[page-n-353]
RETRATO DE IUIJA AUGUSTA
8
con raya central, una especie de corona de guedejas onduladas, que
desde la frente y sienes se dirigen hacia las orejas y, después de ellas,
en forma de tira enrollada van al moño; en la bóveda craneal el peinado
ofrece largas y finas estrías de pelo que se dirigen también hacia la
nuca; el final de todo el cabello se recoge en una serie de pequeñas
trenzas que forman un moño sobre la nuca. El citado cabello que cubre
gran parte del cráneo parece, hacia su zona baja, entrecruzarse como
si formara una redecilla.
Este tipo de peinado se encuentra en retratos femeninos de la primera mitad del siglo primero de nuestra era. Los rasgos faciales
corresponden a los que vemos en los retratos de la emperatriz Livia
Drusilla (57 a. d.· C. a 29 d. de C.), esposa de Octavio Augusto primer
emperador romano. Así, como Livia, la di a conocer en 1971 (1), identificación aceptada por tods· los estudiosos que posteriormente se
han referido a este retrato. En efecto, su perfil es el típico de esta
emperatriz y también el óvalo del rostro, la frente, ojos, nariz, boca,
mentón, etc.; igualmente el peinado coincide con alguno de los que
llevó Livia.
4. PEINADOS DE LIVIA
La evolución del peinado en los estudios iconográficos de personajes femeninos romanos es de gran interés para fechar un retratO lo
mejor posible. En el caso de Livia, desde su primer ilustrador Bemouilli en 1882 hasta hoy se ha avanzado grandemente en el estudio de tal
evolución, aunque en el detalle queden todavía puntos oscuros. En
líneas generales los diversos tipos de peinados de la emperatriz Livia
se pueden dividir en dos grandes clases. La primera se caracteriza,
entre otros detalles, por un tupé o copete levantado sobre el centro de
la frente y por una trenza sagital desde el tupé al moño nucal. La
segunda no presenta tupé ni trenza y ofrece, en cambio, raya mediana
de la que parten a cada lado los mechones ondulados que forman la,
corona frontral. En·ambas clases estas ondas descienden hacia la nuca
donde se recogen en un moño. L'a primera clase, que es de aspecto más
itálico, se subdivide en una serie de grupos o tipos que ahora no
(1) A. M.• VICENT ZARAGOZA: «Situación de loa tUtlmoa hallazgos romanos en Córdoba», Crónica del XD Congreso Nacional de Arqueología (Ja6n, 1971), Zaragoza, 1978, páp. 67•· 680.
-353-
[page-n-354]
A. M. VICBNT ZARAGOZA
comentaremos por no interesar al retrato de Córdoba directamente, y
además por no existir unanimidad entre los estudiosos (2).
La segunda clase recoge algunos elementos de la primera pero lo
peculiar, como ya he señalado, es la crencha o raya mediana en el centro de la frente lo cual, junto con otras características de estilo, dan a
esta serie de retratos un aire clasicizante de raíz helénica. Los más
antiguos retratos,de Livia pertenecen a la primera clase, recuerdan al
llamado peinado de Octavia (hermana de Augusto), y fueron usados
por la emperatriz hasta la muerte de Augusto en el14 d. C., e incluso
posiblemente durante los primeros años de su viudez. La segunda
clase de retratos, a la que pertenece el de Córdoba, se documenta con
seguridad en el 22/23 d. C. bajo Tiberio, momento en que aparecen
unos conocidos dupondios con su imagen idealizada y los letreros
Salus Augusta, Pietas, Iustitia; en el primero la cabeza va descubierta,
en el segundo va cubierta y con diadema y en el tercero con diadema y
descubierta (3).
5. EL PEINADO HELENIZANTE Y SUS·ELEMENTOS GRIEGOS
.. .
: . :.
Nuestro retrato, al carecer del protuberante tupé o nodus sobre la
frente y de trenza sagital, nos lleva hacia el segundo de los citados grupos es decir el helenizante. En este grupo helenizante se encuentran
ciertos elementos que se hallaban también en los peinados de tipo itálico observables igualmente en la pieza del Museo de Córdoba. Así los
cabellos agrupados en pequeños mechones formando finas y largas
estrías sobre el cráneo se ven prácticamente en todos los retratos de
tipo itálico y en numerosas monedas, especialmente de la parte oriental del Imperio que lo reflejan (4); también la distinción entre el pelo
del cráneo y la corona de mechones ondulados que em:nai-ca parte dAl
(2) Entre loa de loa últimos lllloaaeftalemoa: L. FABRINI, e. v. «Livla Druaila,, E. A. A., IV, 663667, con trea tipoa (a, b, e), sel!\1n el aepeeto mú o menoa juvenil de la emperatriz en loa retratoa.
Indica V. POULSE.N: «Lea portraita romaina, I>>, Copenhaguen, 1978, pága. 66·69, cuatro tipos erono1.6gieoa (A, B, C, D). Insistiendo especialmente en monedas, eobre todo de la parte oriental, W. H.
OROSS: «Julia Auguata», Góttingen, 1962, trata de eatablecer unu buea eronológleu pare eatoa y
otroa retratoa de Llvla, que en buena parte y máa resumidamente, lllladiendo otraa obaervacionea, ordenan K . FlTrsCHEN y P. ZANKER: «Katalog der rilmiaehen Portrita in dar Capltoliniachen
MUNen...,III»,Mainz,1988,número 1,p.1 y2 (ynotu) eneuatrogropoaprincipalea tlpo-crono16gicoa
(VIlla Albani-Bonn, Glypt. Ny Cadaberg 616, Glypt. Ny Carlaberg 616, Marbury Hall).
(S) J. J. BERNOULU: «RRmiacbe Ikonogrephie», n, 1, Berlin y Stutprt, 1886 (reimpresión de
1969), lám.
núma. 11, 12 y 18; H. COHEN: «Deeeriptlon biatorique dea monnaies frap~ea
IIOUII'Empire romain», Paria, 1888 (reimpresión), Livla 1-6; RIC, 1Tb. 22, 24; RIC, l (reviaión edición
de 1984) 7lb Rome 48, 46, 41; cfr. M. GRANT: C
(4) Cfr. GRANT, op. cit. en la nota anterior, lám. 8 , panlm.
xxxn.
-354-
[page-n-355]
RETRATO DE IULIA AUGUSTA
6
rostro e igualmente el moño se encontraban en el peinado de ti.po itálico propio de época tardorepublicana y de los comienzos del Imperio
incluso después de Augusto.
··
La novedad representada por los dupondios del 23/24 consiste en
eJiminar el tupé frontal y la trenza sagital acentuando las ondas que
desde el centro de la frente enmarcan el rostro y juntan sus mechones
en el moño tradicional de la nuca. El nuevo rostro femenino posee por
su peinado un carácter más griego. En los peinados con la cabeza de
Salus Augusta las estrías sobre el cráneo se sustituyen por ondas paralelas; en cambio, el cabello estriado permanece en la representación
de Iustitia. El retrato de Córdoba reflejaría, por tanto el tipo Iustitia
pero sin el atribut;o de la diadema, elemento accesorio en relación al
peinado aunque de interés en la simbología iconográfica.
No sin intención la iconograffa de Iulia Augusta (Livia) en esos
dupondios y en otras esculturas recoge en el peinado elementos que
aisladamente al principio y luego reunidos se han ido formando en la
larga tradición iconográfica griega, como señalaremos brevemente a
continuación. La diferenciación entre la parte delantera del peinado y
el cabello sobre el cráneo en la escultura griega viene desde lejos con
ejemplos esporádicos en el siglo VII a. C. (5) que aumentan en el
último cuarto del siglo VI (6) y se difunden desde el V en adelante; la
disposición del pelo en ondas con raya central coronando el arco superior del rostro empieza en el siglo V a. C., sigue en el IV y continúa después, usándose especialmente para divinidades femeninas (a veces
también Apolo) aunque no falta en otros personajes femeninos (algunos documentados en estelas). Este marco frontal de ondas aparece
co~binado con el aludido cabello estriado sobre el cráneo ya en pleno
clasicismo griego del siglo V a. de C.
Entre griegos se observan desde el siglo V a. de C. grupos de
mechones detrás de la cabeza reuniendo enrollada la larga cabellera
en posición baja hacia la nuca, especie de moño, como un rollo (a veces
recubierto con una cofia, tipo diosa sentada tarentina de Berlín,
«Safo», etc.); a esta especie de moño se añade, también en esa época,
·en ocasiones. otro menor más alto (que aparece más en pinturas de
vasos que en esculturas). A lo largo del siglo IV los casi moños se pro-
(6) Por ejemplo, un pequeño bronce de Olimpia en el Museo Arqueológico de Atenu, 6619: H .-V.
HERRMANN: 110zympia. Heiligtun und Mettampfatitta», München, 1972, 96 y aa., l&n. 29; cabecita
de marfil del museo de Eaparta, 16.360; E . L. MARANGOU: «Lakoniache ElCenbein», 'l\'lbingen,
1969, nóm. 18, fig. 30.
(6) G. M. A. RICHTE.R: 4
-355-
[page-n-356]
A. M. VICENr ZARAGOZA
6
digan en las representaciones de deidades femeninas (y Apolo), pero
no dan la impresión de constituir moños formados por un ovillo de
trenzas; el moño de ovillo de trenzas es, en cambio, muy corriente en
las figuritas de terracota con el «peinado de melón».
Esos elementos de los peinados griegos, especialmente los de los
siglos V y IV a. C., son los modelos de los retratos femeninos helenizantes de Livia y otros personajes, lo cual se halla en perfecta consonancia con la renovación del arte áulico de Augusto en sentido
neoclásico griego e incluso neoático. La nueva moda artística se
basaba también en la ideología general de relacionar la historia de
Roma con la de Grecia y especialmente la de los orígenes de la dinast:Ja
Julio-Claudia fundada por Augusto. Todo esto es muy sabido y bien
estudiado (7). Es muy comprensible que en la iconografía de Livia
(lulia Augusta) se aprecien los indicados caracteres formales helenizantes dada su posición de madre de la nueva dinastía, con toda la
carga político-ideológica que esto suponía.
Es preciso observar, por otra parte, que retratos helenizantes
como el de Julia Augusta se usaron en esta época también para divinidades e incluso figuraciones simbólicas femeninas (8), pues se trata de
un peinado no reservado exclusivamente a la emperatriz.
6. POSIBLES MOTIVO Y FECHA DEL CAMBIO DE PEINADO
Se podría discutir también qué motivo induciría a lulia Augusta
para abandonar su tradicional peinado y cambiarlo por el más helenizante en una edad bastante avanzada de su vida. En realidad la pregunta debería referirse más bien al cambio del peinado en sus retratos
representados en estatuas, monedas, camafeos, etc. a partir del reinado de Tiberio y en obras póstumas.
Para indagar la ocasión y cronología del cambio al nuevo peinado
(que es el del retrato de Córdoba) tal vez sea útil fijarse en que la
mayoría de los retratos de Livia-Iulia Augusta con el peinado heleni-
(7) J. GAGE: «Divua Auguatua, l'id6e dynaatique chezlea empereun Jullo-Claudiena», en Revue
11 y u.; A. SADURSKA: «La poHtique dyna11ique d'Auguate etl'art
de aon tempa», Étudea et Travauz, IV, Var10via, 1969, pqa. 93-106; B. ANDREAE: «L'Art de l'ancienne Rome11, Paria, 1973, capítulos «Le aiacle d'Au¡uate» y «La malaon imperiale Juill..Cleudlenne»,
1>41•· 101 y ...
(8) Por ejemplo, 1aa doa cabezu de estin¡e del Fibwilliam Muaeum que, con otlu nueve copia&
conocidaa, proceden de un original 'tico quiú de hacia 460-450 a. C., tipo popularisado por copiu
romanu de
Julio Claudia; cfr. L. BUDDE y R. NICHOLLS: «Catalogue of tbe Greek and
Romain Sculpture oftbe FitlwilliamMuaeum Cambrid¡e~t, Cambridp, 196-', n6ma. 40 y 41, náma. 2022,!ml. 10.
Arc~ologique, Paria, 1931, páp.
'poca
-356-
[page-n-357]
RETRATO DE IULIA AUGUSTA
7
zante llevan atributos varios como diadema, tutulus, corona vegetal; a
veces se toca con uno solo de estos atributos y otras los atributos son
dobles. En ningún peinado del otro tipo hemos visto tales atributos.
Resulta lógico, pues, pensar que el cambio de peinado va unido a la
adopción de esos atributos.
La diadema era propia de divinidades y a partir de Livia también
de las damas de la familia imperial que recibieron el título de Augusta.
La diadema, en teoria, podria suponer una cierta asimilación de Livia a
divinidades femeninas como Cerea (Demeter), Juno (Hera), Venus
(Afrodita), Fortuna (Tyche) y otras (9) o a virtudes personificadas
(10), etc. Para la fecha de la adopción de la diadema por Livia la única
referencia segura es su aparición en el tipo Iustitia y en el velado de
Pietas de los mencionados dupondios del22/23 d. C.; algún investigador relaciona la diadema unicamente, al parecer, con la divinización
póstuma de Livia por su nieto Claudio en el año 41 d. C., aunque debemos observar que la Livia procedente de Paestum, conservada en el
Museo Arqueológico Nacional de Madrid, poseía diadema, escultura
que se fecha entre el22/23/24 d. C. (11), es decir bajo el reinado de
Tiberio, viviendo todavía la emperatriz viuda, y que la Livia de la basílica de Velleia también posee diadema y se data, por inscripciones,
entre el 38 y el 41, bajo Claudio (12); si se aceptan estas fechas la
adopción de la diadema es desde luego anterior a su divinización por
Claudio y también lo es, por tanto, el peinado de tipo helenizante en
estas representaciones con dicho atributo.
El tutulus es propio en Livia de su carácter de sacerdotisa del culto
de Augusto divinizado, divinización que tuvo lugar el 17 de septiembre del año 14 de la era, lo cual orienta la cronología de los retratos con
(9) Cfr. H. W. RITI'ER: «Dladem und K6nigh81T11Chaft», MODchen·Berlin, 1966. En monedaa con
Livia: V. H. GROS S, o. c. en la nota 2, págs• .(3 y aa. y figuree en variaa Ummaa. Para una monedaa de
Hi.epalie, vid. F. CHAVES TRISTAN: «Livla como Venua en la amonedación de Colonia Romula>l,
Acta Numismática, vm, Barcelona, 1978, págs. 89·96. Como Cerea, aentada, en el «Gran
Camafeo de Francia».
(10) Para Livla·Pietaa, vid. A. MARCOS POUS: «Retrato de Iulla Augusta, de arte local hlepano·
Wtico, en el Mu.aeo Arqueológico de Córdoba», Corduba Archaeoloc!ce, 10, Córdoba, 1980·81, págs.
ss-.a (con bibliocrafJa).
(11) A. GARCIA Y BELLIDO: «La Livla y el Tiberio de Paeatum en el Mueeo Arqueológico Nacional de Madrid», Archivo Eepdol de Arqueologia, XIX, Madrid, 1946, págs. 146-148; A. GARCIA Y
BELLIDO: «Retratoe romanoe del Mueeo Arqueológico Nacional de Madrid>t, Revieta de Archivos,
Bibliotecas y Muaeoe, LIV, Madrid, 1948, páp. 460-466; GROSS, op. cit. en la nota 2, páp.
114 y 81.
(12) GROSS, o. c. en la nota 2, p6p. 112 y aa., láma. 23.1 y 24; C. SALETI'I: «11 ciclo atatuario
della builica di Velleia», Mllan, 1968.
-357-
[page-n-358]
8
A. M. VICENT ZARAGOZA
esa cinta (13), como los de Leningrado y Copenhaguen (14), pero
resulta difícil dar una fecha concreta a los retratos en que aparece. La
corona de espigas y flores de algunos retratos de Livia, que a veces llevan además el tutulus, cuando poseen este último atributo son también
posteriores al14; las espigas son atributo específico de Ceres (Demeter), divinidad a la que fue asimilada Livia, ya en época de Tiberio,
según el testimonio de muchas monedas, algunas con peinados de tipo
anterior al helenizante (15).
De estas observaciones se desprende en líneas generales que los
mencionados atributos aparecen en época de Tiberio (14-37) y desde
luego se hallan ya, la diadema por lo menos, en el 22/23 y el tutulus a
partir del14. Siempre, como hemos dicho, los atributos van sobre el
peinado helenizante. Así, pudiera interpretarse que el cambio de un
peinado a otro por Livia (del tradicional en ella al helenizante) se
fecharía tal vez a partir del 14. d. de. C.
En este tiempo, muerte de Augusto y divinización casi inmediata,
Livia al ser adoptada en la gens Julia por testamento de Augusto cambió su nombre por el de Iulia Augusta· y, además (ya lo hemos antes
indicado), asumió el cargo de sacerdotisa de su marido divinizado. El
título de Augusta implicaba un cierto carácter sacro del que también
participaría, además, como esposa del divus.
Las circunstancias histórico-político-religiosas señaladas probablemente condujeran a la adopción de la diadema por Livia, com~ símbolo de su nueva dignidad, lo cual llevaba consigo el cambio a un
nuevo peinado inspirado en .er de las divinidades femeninas (muchas
de ellas precisamente con diadema) pues además es difícil, desde el
punto de vista estético, imaginar una diadema sobre un peinado con
tupé en la frente.
Así, pues, como hipótesis, el peinado que aparece en el retrato de
Iulia Augusta del Museo Arqueológica de Córdoba podría fecharse a
partir del 14 de nuestra era.
Pero tal vez en los retratos, el nuevo peinado de la emperatriz no
sustituiría por completo al anterior. Sabemos que en algunas monedas
(13) A. RUMPF: «Antonia A~», Berlin, 1941, ~. 31.
(U ) POULSEN, op. cit. en la nota 2, núm. 3 6 y ~· 72.
(16) Vid. GROSS, op . cit. en la noa 2 yPOULSEN, op. cit. en la misma nota. Corona de espigas y
frutos en la mano, como Cerea, lleva la Livia (Julia Au¡u.sta) del «Gran Camafeo de Francia», de fecha
diecutida (L. F. van ZWET: «Women'aHairdre11and the Grand CamM deFrance»,Bulletin... Antieke
Beachaving, XXIX, 1964, pc(ga. 62-66,lo data hacia el 20 de C.; Z. KISS: «L'iconop-afie d ea princea
jullo-c:laudiennea au tempa d'Auguate et Tibére», V81'110via, 1938, ~·· 132 y aa. propone la fecha d el
28 de C., pero de ejecución muy al comienzo de Calígula, en el 87 d. C., ~. 134 y 136).
-358-
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RETRATO DE IULIA AUGUSTA
9
fechables continúan en tiempos tiberianos retratos de Livia con tupé.
Ba. tantes estudiosos datan bajo Tiberio retratos de Livia con el peis
nado tradicional.
En la rebúsqueda iconográfica que hemos efectuado (incompleta
por no disponer en Córdoba de una extensa bibliografía} no hallamos
paralelos próximos a este retrato cordobés en relación con su peinado
helenizante sin atributos. El pelo liso del cráneo se observa en muchos
retratos no velados del peinado helenizante, pero casi siempre con las
estrías más acentuadas. Las mayores diferencias se notan en las ondas
de la parte delantera del peinado que descienden por los lados hacia la
nuca; normalmente, en la mayoría de los casos, esas ondas están bastante más marcadas que en el retrato de Córdoba.
7. CRONOLOGIA PROBABLE DEL RETRATO CORDOBES
A primera vista se diría que el peinado de este retrato cordobés
pertenece más bien al tipo tradicional que al helenizante debido a las
mencionadas atenuaciones de las ondas frontales y a la impresión
general de la pieza. Pero, a pesar del desconchado situado casi en el
centro de la frente se puede afirmar con toda seguridad que en el lugar
del desconchado no hubo originariamente tupé. La rotura frontal del
peinado se halla algo desplazada hacia la izquierda del espectador y en
lo que queda casi intacto hacia la derecha debería verse forzosamente
algo del tupé, cosa que no ocurre. Además el límite entre el tupé y la
frente forma siempre en todos los retratos del peinado tradicional una
línea neta casi horizontal ligeramente combada en el centro¡ en el
retrato del Museo Arqueológico de Córdoba, en cambio, el límite entre
peinado y frente forma una línea sinuosa, correspondiente a ondas,
con vértice central hacia arriba marcando la raya central de separación
de las ondas que desde ese punto arrancan para dirigirse a uno y otro
lado, detalle que descarta el peinado tradicional y lo caracteriza
como helenizante.
Sin embargo, si sé comparan las series de retratos de peinado tradicional con las que llevan el peinado helenizante (menos numerosa
esta que aquella}, se saca la impresión de que el retrato del Museo
Arqueológico de Córdoba, a pesar de la carencia de trenza sagital y de
tupé, se halla más próximo formalmente de algunos· ejemplos con peinado tradicional que de la mayoría de los retratos de la serie con peinado helenizante (tipo Salus u otros). Esta observación, tal vez
subjetiva debido al mal estado de la pieza, permitiría afirmar que el
retrato en estudio pudiera ser anterior al22/ 23 y posterior al14 de la
era, fecha esta última en la que, según hemos indicado poco antes,
-359-
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10
A. M. VICENT ZARAGOZA
Livia Drusilla cambió su nombre por Iulia AlWlBta y probablemente
adoptó el peinado de las divinidades femeninas helénicas. Un detalle
bastante arcaizante lo constituye la tira de cabellos enrollados que
continuán a partir de la oreja, las ondas frontales transformadas hasta
su unión con el moño nucal; aunque esto se aprecie en los dupondios
tipo Salus y Iustitia, los retratos de tipo helenizante eliminan ese enrollado o enroscado, presente, en cambio, en bastantes peinados (de
Livia y otras damas) de carácter tradicional, como la supuesta Atia,
madre de Augusto, de época augustea (16), también la Octavia, de
Fulda, fallecida en elll a. de C. (17), la Livia con tupé del Museo Británico, número 1990 (18), una dama de hacia ellO a. de C. del Museo
Capitolino (19), o los retratos de dos jóvenes del sepulcro de los Licinios, ahora en Copenhaguen con el peinado antigo de Livia (20), o una
dama (procedente de Itálica) en una colección de Palma de Mallorca,
datable, según su editor, a finales de Augusto o comienzos de '!iberio (21).
Por lo dicho juzgamos posible, como hipótesis, que este retrato
cordobés de lulia Augusta pudiera fecharse entre el14/15 y el22/23
d. C. Si se confirmara tal suposición nos hallaríamos probablemente
ante uno de los más antiguos retratos de lulia Augusta (no ya Livia)
conocidos. Aunque también hay que tener en cuenta que un8 cosa es la
fecha de un prototipo y otra la época de su ejecución y por tanto no se
puede absolutamente excluir una datación posterior.
8. PRESTIGIO DE IULIA AUGUSTA EN LA BETICA
Hemos fechado hipotéticamente este retrato cordobés de Julia
Augusta en un momento en que la emperatriz tenía una edad entre los
70 y los 80 años. Como se habrá observado los rasgos no son los propios de una persona de esa edad. Ahora bien, el rejuvenecimiento en
los retratos de los rasgos faciales es una normal y curiosa característica
(16) J. FREL: «Roman Portreita in the Getty Muaeum», 1981, nóm. 18, p!¡. 27; J. PREL, en J.
CHAMAY, J. FREL y J.-L. MAIER, «Le monde dee C&eara», Ginebra, 1982, )liga! 64-67, láma.
8, 8a, etc.
(17) V. von HEniTZE: «Die antiken Portrita in Scblou Faaaneli.e bel Fulda», Malnz, 1968, nóm.
18, pq. 19, láma. 20, 21 y 110...
(18) GROSS, op. cit. en la nota 2, lám. 17.
(19) P. ZANKER, en FITTSCHEN y ZANKER, op. cit. en la nota 2, nóm. 49 , P'c· 42,1áma. 63.8
y 63.4.
(20) POULSEN, op. cit. en la nota 2, nóm. 69, Jmn. CXIX y nóm. 70, Um. CXXI.
(21) A. GARCIA Y BELLIDO: «Doa retratoe femeninol de IWicá en una coleccl6n particular de
Palma de Mallorca•, An:hivo Espafiol de Arqueología, XXII, Madrid, 1949,
y 3.
-380-
pqa. 836-346, fip. 2
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RETRATO DE IUUA AUGUSTA
11
de la mayoría de los retratos masculinos y femeninos de la iconografía
romana de esta época y también de alguna otra. Como ya he señalado
son figuraciones que servían a la propaganda político-religiosa de la
dinastía y por ello se suprimen los naturales estragos que el tiempo
produce en el rostro de los humanos. También pudo haber en este
fenómeno motivos de vanagloria o razones clasicizantes de tipo estético muy propias de las mujeres a los que no escapaban tampoco los
varones. Los soberanos y sus familias debían aparecer ante sus súbditos como eternamente jóvenes, fuertes y bellos.
En época de Tiberio (14-37 d. de C.) Livia, o mejor Iulia Augusta,
gozaría de gran prestigio por su doble carácter de sacerdotisa del culto
de su marido Augusto, fallecido, y por su condición de madre del
emperador reinante. Estos méritos eran suficientes para erigir retratos en esa época. También, dentro de esos años, el 22 fue especialmente propicio pues Livia tuvo una grave enfennedad; su hijo el
emperador Tiberio orden6 preces públicas, Livia sanó, se mandó erigir en Roma un gran monumento en honor aLivia como Pietas. En Hispania todo esto tuvo su repercusión y se debieron levantar
monumentos a Livia de los que tenemos documentado años después
uno en Zaragoza. Livia falleció el año 29 sin ser divinizada por su hijo
Tiberio a quien sucedió Calígulanieto deLi~ el año 37. Enel41 sube
al trono Claudio, otro nieto de Livia, quien divinizó enseguida a su
abuela que desde ese momento era pficialmente diva; también esta
ocasión seria favorable para fechar quú:ás otros retratos de Livia.
Nosotros pensamos, en hipótesis, que el modelo del retrato de
Livia del Museo Arqueológico de Córdoba pudiera fecharse entre el
14/ 15 y el22/ 23 d. de C.• sin excluir una ejecución más tardía. En un
trabajo reciente, A. Marcos Pous ha escrito unas páginas acerca de la
que él califica «excepcional posición de lulia Agusta (es decir, Livia)
en la Bética bajo Tiberio», aportando testimonios epigráficos, numismáticos, escultóricos y de fuentes escritas antiguas acerca de ello. No
hay que olvidar que una delegación de cordobeses acudió el año 25 a
Roma para solicitar del Senado la erección en Córdoba de un templo
dedicado a Tiberio y Livia. El estudioso citado habla de que por esos
años existía en la Bética un «clima de exaltación» respecto a Livia
(22). Me parece que estas circunstancias pueden justificar mi idea de
que el retrato de Livia que ahora estudiamos pueda situarse en la
(22) MARCOS POUS, op. cit. en la nota 10, cap.
86·37.
- 361-
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161foo de Córdoba.
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RETRATO DE IULJA AUGUSTA
18
época de Tiberio y encuadrarse históricamente en ese ambiente
político-religioso de la propaganda dinástica de la fami1ia julioclaudia.
·
9. EL LUGAR DE HALLAZGO POSIBLE CENTRO OFICIAL
El lugar del hallazgo del retrato de Iulia-Augusta creo que puede
proporcionarnos también algunos datos que interesan. Se descubrió
en la esquina de las calles Angel de Saavedra y Rodríguez Sánchez.
Esta zona pertenecía al vicus, o barrio, «de los hispanos», nombre de
un barrio antiguo de la Córdoba romana que aparece en una inscripción que publiqué años atrás junto con otra que nos daba el nombre
antiguo de un segundo barrio cordobés, el vicus forensis (23). El centro
del barrio hispano, por lo que sabemos a través de nuestras investigaciones personales de la topografia de la antigua Córdoba, se hallaba
precisamente en los terrenos pr6ximos a donde se encontró nuestro
retrato. Grandes elementos arquitectónicos se descubrieron allí en el
siglo pasado y otros más por los años sesenta, que conseguí recuperar
para el Museo, como común patrimonio del pueblo, donde se hallan
expuestos. Esa zona ha producido también inscripciones de magistrados {expuestas en el Museo y por mi publicad:as) y diversas esculturas,
algunas publicadas y otras en estudio. Lástima que la destrucción del
yacimiento realizada con máquinas no permitiera hace unos veinte
años practicar aquí una excavación sistemática y estudiar in situ los
restos de estructuras que allí pudieron aparecer. Sin embargo las piezas muebles que poseemos nos permiten deducir que por aquí se
hallaba el centro del barrio llamado de los hispanos, lugar con edificios y monumentos públicos tal vez en tomo a un foro distinto del Foro
de la provincia Bética (que hemos excavado y documentado, como es
sabido, en otro barrio de la Córdoba romana) (24). Teniendo en cuenta
las aludidas circunstancias del hallazgo este retrato de Livia, que en
nuestro caso es mejor calificar de lulia Augusta, adquiere un más justo
significado por su situación topográfica dentro de la Colonia Patricia.
(2S) VICENT ZARAGOZA, op. cit. en la nota 1, ~·· 672 y 11.
(24) A. MARCOS POUS y A. M.• VICENT ZARAGOZA: «
«Arqueología de laa ciudedea modema.a superpueataa a laa antiguaa (Zararoza, 198S)», Madrid, 1985,
pega. 2Sl-262, especialmente la pág. 241, n\ÍJn. 15, la fig. 1 y la pq. 249.
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VJCENT.- Retrato de l ulia Au¡:usta
LAM. l
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VlCENT.- Rctrato de lulía Augusta
LAM. II
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VlCENT.- Retrato de Julia August11
LAM. 111
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