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ALBERTO BALIL ILLANA
N alladolid)
TESSERAE LUSORIAE DE AMPURIAS
Este grupo de fichas de. juego del que tratamos no es inédito (1)
pero, hasta ahora, no habían sido asociadas con su función
específica.
Con la posible excepción de un ejemplar (2) todas ellas presentan
la forma descrita, hace casi un siglo, por Hülsen:
«... tessere in forma di bastoncino con una specie de
maniglia cilindrica. Somigliano assai alle gladiatorie, ma
sono molto piu piatte, di modo che nei latti corti non rimane
posto per la scrittura e le lettere sono incisa soltanto aulla
faccia e sul rovescio. La maniglia in quasi tutti gli esemplari
e perforata nel senso della lunghezza» (3).
Hülsen en su trabajo, aún básico, enumeraba ochenta y cuatro piezas de este tipo, aparte las circulares con figura en el anverso e inscripción griega en el reverso, con noventa y ocho ejemplares (4).
(1) M . ALMAGRO BASCH: «lnacripcionea ampuritanaa griegas, ibéricu y latinaa», Monograftaa
Ampuritanaa, n, Barcelona, 1952, págs. 177-180, nóma. 130-136.
(2) ALMAGRO BASCH, op. cit. en la nota antariar, nóm. 131; probablemente la extzoemldad está
rota y fue subatituída mediante una pedoraci6n.
(3) Chr. HÚLSEN, Deutsches Arcbiologiachea Jnstitute, MittefiunpD. R6mlac:be Abteilung, XI,
1896, pig. 228.
(4)' FiOLsEN, op. cit. en la nota anterior, págs. 227 y 18. Entre la bibllogratra anterior, hay que
sellalar: A. BLANCHET, Real-EJUiclopidie der AltertuJn8wisaenachatt (citada en adelante por las
aiglu RE), a. S.•, xm, 1889, piga. 225 J118.; XIV, 1889, pifa. 64 y 18. y 248 y aa.; H, GRAILLOT,
Melangea d'Arch6ologie et d'Hiatoire, Ecole ~e de Rome, XIV, 1896, pq.. 299 y 11.
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2
A. BALIL ILLANA
Sin duda, la serie es mucho más numerosa, por cuanto Hülsen tuvo
en cuenta sólo las piezas de segura, o probable, procedencia italiana,
excepto tres ejemplares griegos procedentes de Esmirna y Beyruth.
Deonna dio a conocer ocho, una anepígrafa de Delos (6); Piccottini,
Vetters y Egger, otras, análogas en la forma pero no en el texto, de
Magdalensberg (6).
Con respecto a la Península Ibérica, aparte las de Ampurias, hay
que prescindir de CIL, II, 4936,2 (de Italia), conozco una, distinta, de
Sagunto (CIL, II, 6246) y otra de Bilbilis (7), pero no deben ser
escasas.
En lo que se refiere a los lugares de hallazgo generalmente se desconocen. En el caso de Delos proceden de casas, calles o plazas; en
Ampurias sólo se conoce el hallazgo de una en un corte estratigráfico a
extramuros de la ciudad romana (8). Finalmente un notable grupo fue
hallado en Perusa, formando parte del ajuar de una tumba de inhumación (9).
Cuando se estudían estas piezas en conjunto, como hiciera Hülsen, se observa que en unos pocos casos no aparece el numeral en el
reverso de ellas y sólo una expresión en el anverso, que en algunos la
misma expresión puede corresponder a un numeral distinto. Las
expresiones injuriosas, como advirtió Gamurrini, van unidas a los
numerales más bajos, mientras las más halagüeñas corresponden a
numerales altos (10).
(6) Delot, W. DEONNÁ: «Le mobilier dMien», 1938, pala. 336 y a. (- Exploration An:b_,.logique
de D6loe, XIV).
(6) Magdalenaberc, H . PICCOTI'INI: «Aufatie1 und Nlederpnd des R6miache Welt», U (Princi·
pat), 1977, pá¡. 292, Um. XVI. Con máa detalle: H. VETI'ERS: «Carinthia» I, 1964, páp. 3 y aa. que
no me han aldo acceaiblea. Sorprende ver en ellaa nombres personales como Mandatu., Aca~tu8, L. Sta·
laccúu, L. F. Secundl.ll y, en todos loa sentidos la invocación Bono Pompo (•••)
(7) In6dita. Debo su COilOCimiento al Dr. Maitfn Bueno. Hallada en el teatro, sin numeral, en
anverso Acutw.
(8) ALMAGRO BASCH, op. cit. an al nota 1, ndm. 130.
(9) HOLsEN, op. cit. en la nota 3, pé1. 228, buado enE. BRIZIO, Notiaie de¡li Seavi di Antichita,
Relia Accademla del Lincel, Roma, 1887, pq. 396 (cfr. C'IL XI, 6728, 6 y 88.). Esta eeria de Pezuu,
que akanJa basta el nómero XL ea una de laa mú completaa. Hay que anotar que aparecieron uocia·
du con una Mrie de tic:baa de piedra y pasta vítrea; eataa óltimaa eran 816 de color uul turqueaa, amarillo y blanco. Al¡unaa de laa ficbaa de piedra teDían inacripcionee (cfr. HOLSEN, op. cit. en la nota 3,
pq. 229). Mi imprelión personal es que este ejuar contenía, cuando menos, piezu de dos juegos diatin·
toe. Por ahora eete ballaqo ea el único en el cual talea teuerae no pueden conaiderarae piezu perdidas,
eea en el interior de una caaa. aee en una vía pública.
(10) HÚLSEN, op. cit. en la nota 3, ~· 288 y • ·
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TBSSERAE LUSORIAB DB AMPURIAB
3
Poniendo al día el material reunido por Hülsen tendríamos las
siguientes relaciones entre numerales y apelativos (11):
I
n
m
nn
V
VI
VII
vm
VIni
X
XI
XII
XIII
XIIII
XV
XVI
XVII
xvm
XVIm
XX
XXI
XXII
XXIll
xxnn
XXV
XXX
XL
nugator; nugo (A)
fur
moice
ebriose, uapio, gulo
cunulinge, mula
uinaidus, ficose, patice
patice, cunilinge
uappa
cunnio, tube (A)
trico, gaudesne, nugator, lupa
uerecund(e), fulco, felix (D)
uix rides
moraris, uinose, arpax (D) ... (A)
argute
lupa
pemix, tatue
auidus (D)
arpax, uinose (D)
gumia, benignus, pul (D)
gumia, audax
impudes
moece, malest
fortunat(e)
facete
amator, benigne
felix
XX
el. .. (A)
Esta lista permite observar la variedad, incluso con novedades con
respecto a la amplia serie de Hülsen, de nombres y subrayar c6mo
algunos pueden utilizarse con distintos numerales (12). La correlación
(11) HOLsEN, op. cit. en la nota 8, pq, 288 y a., 8!1adiendo lo. de Delo1 (D) y Ampuriu (A), que
DO aparecían en aquella. Reapecto a !al piezu de Ampuriu no 11 novedad: nóm. 180 (FORTUNATE 1
XXIID), nWn. 181 (AMATOR / l1liJlllral borrado, quisú XXX), aí el nóm. 182 (TUBE 1 X), nóm. 188
(NUGO /I, peroDO~
).núm..134ududoeo ("./ XXIDI), DOloeatampocoelnóm. 186 (AUDAX /
XXI), DO H au.eceptible de duarrollo o recooatruccl6D el nóm. 186 (CL... / XX...). La Mrle ampuritana
ea, por conalaulenta, mú variada qÚe la de Delol.
(12) HÜLSEN, op. cit. en la nota S, pq. 284 y aL
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A. BALIL ILLANA
I-XXV, XXX, XL, sigue manteniendose. Ninguna relación puede
deducirse ahora; el resultado de Hülsen sigue siendo válido, con las
mal llamadas «tesserae theatrales» (13) y que Hülsen relaciona con el
ludus duodecim scriptorium (14).
El grupo de tesserae aquí estudiadas no corresponde a un juego de
tablero, tampoco creo que la presencia en algunas del nexo AL junto al
numeral indique que se tratara de un juego con. dos series de fichas,
pues sobre ochenta y cuatro tesserae reunidas por Hülsen sólo aparece
en diez, en ninguna de las ocho de Délos, pese a su variedad de orígenes. Por ello excluyo también que el juego fuera una variante de nuestras «loterías» de cartones con sus numerales y sus alusiones, al modo
aún en uso en Italia o España (15). Sin embargo, tampoco es aceptable
la vinculación con los «War games» antiguos, tipo ludus Troiae, ludus
latrunculorum (16), sus versiones modernas, en ocasiones de origen
antiguo, como el «juego del asalto», el «juego del molino», ni aquellos
de fichas y dados, chaquete, «black gammon», etc. (17) o incluso el de
«tres en raya» (18).
Propiamente estas piezas no son tesserae en su sentido estricto
(19), independientemente del material utilizado. Tampoco son entendidas como sortes propiamente dichas, en cuanto no hay un significado
religioso y su propósito era puramente recreativo (20). La relación con
las sortes debe buscarse exclusivamente en el factor azar, la extracción, probablemente de una bolsa, de estas piezas, cuyo remate permitía conservarlas ensartadas, pero también ser utili.zado como
agarradera. Vencería aquel jugador que extrajera, entre dos o más,
mayor número de puntos y las invocaciones darían, a su vez, un
aspecto un tanto jocoso, no exento de zafiedad para nuestros usos, al
(13) HÜLSEN, op. cit. en la misma nota, págs. 238 y aa.
(U) HÜLSEN, op. cit. en dicha nota, páp. 238 y u.
(16) Para la sigla AL, HÜLSEN, op. cit. en la nota 3, pága. 236 y sa. La interpretación como fichas
de lotería, con numeral y sobrenombre, en G. F . GAMURRINI, Nothie degli Scavi di Anticbita, Regia
Accademia dei Lincei, Roma, 1887, pág. 369, aunque seilala la posibilidad de que se utilizaran
comonai~.
(16) HÜLSEN, op. cit. en la nota 3, págs. 236 y s., reinterpretando a J. BECQ DE FOUCQUIERES: «Lea jeux des anciena» 18732 , pág. 497. Eeta opinión puede excluirse como ha aeflalado ya
G. ELMER: «Luaoria, tabula», en RE, a. v.
(17) Sostienen aón su identifiaci6n con loslatnmculi, G. LAFAYE, Dlctionnaire de Ch. DAREMBERG y E. SAGLIO, a. v. «teaaera» tomo V, pág. 128, DEONNÁ, op. cit. en la nota 6, pág. 336. Lefaye
se inclina aón con au posible relación con la loteria pero, en tal cuo ¿cómo relacionar dos nombres dietintos con el mismo numeral? Tbgaae en cuenta, ademú, que las citadas aaociacicmea se basan, en
parte (p. e. en el núm. 22), en números árabea sin tener cabida en los numeralea romanos.
(18) M. ALLENDESALAZAR: «Coleccioniamo de soldados», 1978, páp. 179 y u.
(19) Cfr. K. RIEGLJNG: «Teaserae», RE. a. v.
(20) Cfr. G. ELMER «Sortea», RE . a. v.
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25
50 m/m .
Te;,&erae de Ampuriaa (aeg6n M. Almagro)
juego. El azar combinaría no s6lo los puntos sino una serie de apelativos (21}, pero con una cierta alternancia entre los i~uriosos y los de
buen augurio. La puntuaci6n máxima, con el total de las fichas, es 399,
lo cual supone la imposibilidad de un empate entre dos jugadores, sí
cabe entre tres, pero no entre números sucesivos excepto siete, lo cual
supone ya una cüra elevada para un juego «de mesa». Tres fichas, las
XXV, XXX y XL, podrían dar una gran ventaja inicial. Las veinte primeras fichas daban un total de 214 puntos y la düerencia es mayor si
se tiene en cuenta las comprendidas entre 1 y 10 y 11 y 20. Las mayo-
(21) Rec\Hrdeae el eatribillo de la canción infantil in¡leae, «aoldier, taylor, aailor, apion ...,..
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6
A. BALIL !LLANA
res probabilidades correspondían a estas dos series dismmuyendo ya
con 21 y 26. Al mismo tiempo disminuyen las frecuencias de las expresiones injuriosas y aumentan las lisonjeras o, simplemente, las de buen
augurio. El azar se reduciría a la insaculación puesto que es poco probable que se atribuyera al jugador la ficha cuyo numeral correspondía
al punto extraido mediante dados. Con nuestros dados serían necesarios, o bien siete o seis con puntuaciones en blanco para poder alcanzar el punto XL. El mundo romano usaba, junto al dado hexagonal,
otros más complejos como el teetotum (22) o dodecaedros, como el
conocido de Ampurias (23) o incluso de veinte lados (24), pero son
ejemplares bastante raros para poder asociarlos a un juego que no
fuera, simplemente, de dados.
. (22) Cfr. ELMER, op . cit. en la nota 16, col. 202•. No pudieron ser utilizadoe como dadoe loe llamados «dodecaedros mqicoa». Cfr. S. BOUCHER: «Recherchea 1111' lea bromea f1¡urá de Gaule pr6romaine et romalne», 1976, ~~~· 212 y a.
(28) CIL n, 62.6. G. LAF AYE, op. cit. en la nota 17, p4¡. 127 y ELMER, op. cit. en la
nota 16, cit. 202•.
(U) LAFAYE, op. cit. en la nota 17, loe. cit. y ELMER, op. cit. en la nota 16, 2026 y aa.
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N alladolid)
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Este grupo de fichas de. juego del que tratamos no es inédito (1)
pero, hasta ahora, no habían sido asociadas con su función
específica.
Con la posible excepción de un ejemplar (2) todas ellas presentan
la forma descrita, hace casi un siglo, por Hülsen:
«... tessere in forma di bastoncino con una specie de
maniglia cilindrica. Somigliano assai alle gladiatorie, ma
sono molto piu piatte, di modo che nei latti corti non rimane
posto per la scrittura e le lettere sono incisa soltanto aulla
faccia e sul rovescio. La maniglia in quasi tutti gli esemplari
e perforata nel senso della lunghezza» (3).
Hülsen en su trabajo, aún básico, enumeraba ochenta y cuatro piezas de este tipo, aparte las circulares con figura en el anverso e inscripción griega en el reverso, con noventa y ocho ejemplares (4).
(1) M . ALMAGRO BASCH: «lnacripcionea ampuritanaa griegas, ibéricu y latinaa», Monograftaa
Ampuritanaa, n, Barcelona, 1952, págs. 177-180, nóma. 130-136.
(2) ALMAGRO BASCH, op. cit. en la nota antariar, nóm. 131; probablemente la extzoemldad está
rota y fue subatituída mediante una pedoraci6n.
(3) Chr. HÚLSEN, Deutsches Arcbiologiachea Jnstitute, MittefiunpD. R6mlac:be Abteilung, XI,
1896, pig. 228.
(4)' FiOLsEN, op. cit. en la nota anterior, págs. 227 y 18. Entre la bibllogratra anterior, hay que
sellalar: A. BLANCHET, Real-EJUiclopidie der AltertuJn8wisaenachatt (citada en adelante por las
aiglu RE), a. S.•, xm, 1889, piga. 225 J118.; XIV, 1889, pifa. 64 y 18. y 248 y aa.; H, GRAILLOT,
Melangea d'Arch6ologie et d'Hiatoire, Ecole ~e de Rome, XIV, 1896, pq.. 299 y 11.
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Sin duda, la serie es mucho más numerosa, por cuanto Hülsen tuvo
en cuenta sólo las piezas de segura, o probable, procedencia italiana,
excepto tres ejemplares griegos procedentes de Esmirna y Beyruth.
Deonna dio a conocer ocho, una anepígrafa de Delos (6); Piccottini,
Vetters y Egger, otras, análogas en la forma pero no en el texto, de
Magdalensberg (6).
Con respecto a la Península Ibérica, aparte las de Ampurias, hay
que prescindir de CIL, II, 4936,2 (de Italia), conozco una, distinta, de
Sagunto (CIL, II, 6246) y otra de Bilbilis (7), pero no deben ser
escasas.
En lo que se refiere a los lugares de hallazgo generalmente se desconocen. En el caso de Delos proceden de casas, calles o plazas; en
Ampurias sólo se conoce el hallazgo de una en un corte estratigráfico a
extramuros de la ciudad romana (8). Finalmente un notable grupo fue
hallado en Perusa, formando parte del ajuar de una tumba de inhumación (9).
Cuando se estudían estas piezas en conjunto, como hiciera Hülsen, se observa que en unos pocos casos no aparece el numeral en el
reverso de ellas y sólo una expresión en el anverso, que en algunos la
misma expresión puede corresponder a un numeral distinto. Las
expresiones injuriosas, como advirtió Gamurrini, van unidas a los
numerales más bajos, mientras las más halagüeñas corresponden a
numerales altos (10).
(6) Delot, W. DEONNÁ: «Le mobilier dMien», 1938, pala. 336 y a. (- Exploration An:b_,.logique
de D6loe, XIV).
(6) Magdalenaberc, H . PICCOTI'INI: «Aufatie1 und Nlederpnd des R6miache Welt», U (Princi·
pat), 1977, pá¡. 292, Um. XVI. Con máa detalle: H. VETI'ERS: «Carinthia» I, 1964, páp. 3 y aa. que
no me han aldo acceaiblea. Sorprende ver en ellaa nombres personales como Mandatu., Aca~tu8, L. Sta·
laccúu, L. F. Secundl.ll y, en todos loa sentidos la invocación Bono Pompo (•••)
(7) In6dita. Debo su COilOCimiento al Dr. Maitfn Bueno. Hallada en el teatro, sin numeral, en
anverso Acutw.
(8) ALMAGRO BASCH, op. cit. an al nota 1, ndm. 130.
(9) HOLsEN, op. cit. en la nota 3, pé1. 228, buado enE. BRIZIO, Notiaie de¡li Seavi di Antichita,
Relia Accademla del Lincel, Roma, 1887, pq. 396 (cfr. C'IL XI, 6728, 6 y 88.). Esta eeria de Pezuu,
que akanJa basta el nómero XL ea una de laa mú completaa. Hay que anotar que aparecieron uocia·
du con una Mrie de tic:baa de piedra y pasta vítrea; eataa óltimaa eran 816 de color uul turqueaa, amarillo y blanco. Al¡unaa de laa ficbaa de piedra teDían inacripcionee (cfr. HOLSEN, op. cit. en la nota 3,
pq. 229). Mi imprelión personal es que este ejuar contenía, cuando menos, piezu de dos juegos diatin·
toe. Por ahora eete ballaqo ea el único en el cual talea teuerae no pueden conaiderarae piezu perdidas,
eea en el interior de una caaa. aee en una vía pública.
(10) HÚLSEN, op. cit. en la nota 3, ~· 288 y • ·
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Poniendo al día el material reunido por Hülsen tendríamos las
siguientes relaciones entre numerales y apelativos (11):
I
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V
VI
VII
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VIni
X
XI
XII
XIII
XIIII
XV
XVI
XVII
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XVIm
XX
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XXV
XXX
XL
nugator; nugo (A)
fur
moice
ebriose, uapio, gulo
cunulinge, mula
uinaidus, ficose, patice
patice, cunilinge
uappa
cunnio, tube (A)
trico, gaudesne, nugator, lupa
uerecund(e), fulco, felix (D)
uix rides
moraris, uinose, arpax (D) ... (A)
argute
lupa
pemix, tatue
auidus (D)
arpax, uinose (D)
gumia, benignus, pul (D)
gumia, audax
impudes
moece, malest
fortunat(e)
facete
amator, benigne
felix
XX
el. .. (A)
Esta lista permite observar la variedad, incluso con novedades con
respecto a la amplia serie de Hülsen, de nombres y subrayar c6mo
algunos pueden utilizarse con distintos numerales (12). La correlación
(11) HOLsEN, op. cit. en la nota 8, pq, 288 y a., 8!1adiendo lo. de Delo1 (D) y Ampuriu (A), que
DO aparecían en aquella. Reapecto a !al piezu de Ampuriu no 11 novedad: nóm. 180 (FORTUNATE 1
XXIID), nWn. 181 (AMATOR / l1liJlllral borrado, quisú XXX), aí el nóm. 182 (TUBE 1 X), nóm. 188
(NUGO /I, peroDO~
).núm..134ududoeo ("./ XXIDI), DOloeatampocoelnóm. 186 (AUDAX /
XXI), DO H au.eceptible de duarrollo o recooatruccl6D el nóm. 186 (CL... / XX...). La Mrle ampuritana
ea, por conalaulenta, mú variada qÚe la de Delol.
(12) HÜLSEN, op. cit. en la nota S, pq. 284 y aL
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I-XXV, XXX, XL, sigue manteniendose. Ninguna relación puede
deducirse ahora; el resultado de Hülsen sigue siendo válido, con las
mal llamadas «tesserae theatrales» (13) y que Hülsen relaciona con el
ludus duodecim scriptorium (14).
El grupo de tesserae aquí estudiadas no corresponde a un juego de
tablero, tampoco creo que la presencia en algunas del nexo AL junto al
numeral indique que se tratara de un juego con. dos series de fichas,
pues sobre ochenta y cuatro tesserae reunidas por Hülsen sólo aparece
en diez, en ninguna de las ocho de Délos, pese a su variedad de orígenes. Por ello excluyo también que el juego fuera una variante de nuestras «loterías» de cartones con sus numerales y sus alusiones, al modo
aún en uso en Italia o España (15). Sin embargo, tampoco es aceptable
la vinculación con los «War games» antiguos, tipo ludus Troiae, ludus
latrunculorum (16), sus versiones modernas, en ocasiones de origen
antiguo, como el «juego del asalto», el «juego del molino», ni aquellos
de fichas y dados, chaquete, «black gammon», etc. (17) o incluso el de
«tres en raya» (18).
Propiamente estas piezas no son tesserae en su sentido estricto
(19), independientemente del material utilizado. Tampoco son entendidas como sortes propiamente dichas, en cuanto no hay un significado
religioso y su propósito era puramente recreativo (20). La relación con
las sortes debe buscarse exclusivamente en el factor azar, la extracción, probablemente de una bolsa, de estas piezas, cuyo remate permitía conservarlas ensartadas, pero también ser utili.zado como
agarradera. Vencería aquel jugador que extrajera, entre dos o más,
mayor número de puntos y las invocaciones darían, a su vez, un
aspecto un tanto jocoso, no exento de zafiedad para nuestros usos, al
(13) HÜLSEN, op. cit. en la misma nota, págs. 238 y aa.
(U) HÜLSEN, op. cit. en dicha nota, páp. 238 y u.
(16) Para la sigla AL, HÜLSEN, op. cit. en la nota 3, pága. 236 y sa. La interpretación como fichas
de lotería, con numeral y sobrenombre, en G. F . GAMURRINI, Nothie degli Scavi di Anticbita, Regia
Accademia dei Lincei, Roma, 1887, pág. 369, aunque seilala la posibilidad de que se utilizaran
comonai~.
(16) HÜLSEN, op. cit. en la nota 3, págs. 236 y s., reinterpretando a J. BECQ DE FOUCQUIERES: «Lea jeux des anciena» 18732 , pág. 497. Eeta opinión puede excluirse como ha aeflalado ya
G. ELMER: «Luaoria, tabula», en RE, a. v.
(17) Sostienen aón su identifiaci6n con loslatnmculi, G. LAFAYE, Dlctionnaire de Ch. DAREMBERG y E. SAGLIO, a. v. «teaaera» tomo V, pág. 128, DEONNÁ, op. cit. en la nota 6, pág. 336. Lefaye
se inclina aón con au posible relación con la loteria pero, en tal cuo ¿cómo relacionar dos nombres dietintos con el mismo numeral? Tbgaae en cuenta, ademú, que las citadas aaociacicmea se basan, en
parte (p. e. en el núm. 22), en números árabea sin tener cabida en los numeralea romanos.
(18) M. ALLENDESALAZAR: «Coleccioniamo de soldados», 1978, páp. 179 y u.
(19) Cfr. K. RIEGLJNG: «Teaserae», RE. a. v.
(20) Cfr. G. ELMER «Sortea», RE . a. v.
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Te;,&erae de Ampuriaa (aeg6n M. Almagro)
juego. El azar combinaría no s6lo los puntos sino una serie de apelativos (21}, pero con una cierta alternancia entre los i~uriosos y los de
buen augurio. La puntuaci6n máxima, con el total de las fichas, es 399,
lo cual supone la imposibilidad de un empate entre dos jugadores, sí
cabe entre tres, pero no entre números sucesivos excepto siete, lo cual
supone ya una cüra elevada para un juego «de mesa». Tres fichas, las
XXV, XXX y XL, podrían dar una gran ventaja inicial. Las veinte primeras fichas daban un total de 214 puntos y la düerencia es mayor si
se tiene en cuenta las comprendidas entre 1 y 10 y 11 y 20. Las mayo-
(21) Rec\Hrdeae el eatribillo de la canción infantil in¡leae, «aoldier, taylor, aailor, apion ...,..
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res probabilidades correspondían a estas dos series dismmuyendo ya
con 21 y 26. Al mismo tiempo disminuyen las frecuencias de las expresiones injuriosas y aumentan las lisonjeras o, simplemente, las de buen
augurio. El azar se reduciría a la insaculación puesto que es poco probable que se atribuyera al jugador la ficha cuyo numeral correspondía
al punto extraido mediante dados. Con nuestros dados serían necesarios, o bien siete o seis con puntuaciones en blanco para poder alcanzar el punto XL. El mundo romano usaba, junto al dado hexagonal,
otros más complejos como el teetotum (22) o dodecaedros, como el
conocido de Ampurias (23) o incluso de veinte lados (24), pero son
ejemplares bastante raros para poder asociarlos a un juego que no
fuera, simplemente, de dados.
. (22) Cfr. ELMER, op . cit. en la nota 16, col. 202•. No pudieron ser utilizadoe como dadoe loe llamados «dodecaedros mqicoa». Cfr. S. BOUCHER: «Recherchea 1111' lea bromea f1¡urá de Gaule pr6romaine et romalne», 1976, ~~~· 212 y a.
(28) CIL n, 62.6. G. LAF AYE, op. cit. en la nota 17, p4¡. 127 y ELMER, op. cit. en la
nota 16, cit. 202•.
(U) LAFAYE, op. cit. en la nota 17, loe. cit. y ELMER, op. cit. en la nota 16, 2026 y aa.
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