Restauración del mosaico romano de los orígenes de Roma hallado en Benifayó,Restauració del mosaic romà dels orígens de Roma trobat a Benifaió

El pavimento se descubre con una gran zona de pérdida que atraviesa el mosaico en la parte central debido a unas antiguas obras municipales de canalización que afectaron especialmente al emblema central figurativo policromo, con el motivo del origen de Roma. En algunas partes se aprecian daños por quemado. Sobre la superficie se había depositado una costra bastante generalizada de tipo calcáreo, que ocultaba en gran medida los diseños decorativos.

A pesar de que los estratos preparatorios se encontraban en buen estado de conservación, la ubicación del pavimento y la realización de obras para la canalización de Gas Natural imposibilitaron su conservación in situ y se decidió realizar un proceso de extracción y su posterior traslado al Laboratorio del Museo para su restauración. Las diferentes fases del proceso de arranque fueron los siguientes:

- Análisis del estado de conservación y de las condiciones del entorno. Documentación del mosaico
- Tratamientos de limpieza superficial con vaporetta, cepillos y jabón tensoactivo New-Des al 10% en agua.
- Estudio de las distintas secciones. Eliminación de dos filas de teselas alrededor de las líneas de corte para favorecer el arranque.
- Secado de la superficie y engasado en dos fases con dos capas de gasa de algodón y resina K60 al 25% en alcohol etílico.
- Marcado de las líneas de corte y de la numeración de las secciones.
- Corte y separación de las secciones con medios mecánicos y colocación por el reverso sobre un soporte provisional para el transporte al Laboratorio.

Una vez realizada la extracción el siguiente paso fue el traslado a un nuevo soporte, convirtiéndose en una operación necesaria para devolverle al mosaico su cohesión perdida. Los soportes móviles más empleados en restauración son los estratificados de fibra de vidrio y resina con celdilla interna de aluminio en forma de nido de abeja, a los que el mosaico se agarra empleando un mortero natural o sintético. Sea cual sea la alternativa elegida lo preceptivo es garantizar la reversibilidad de la intervención, por lo que normalmente se coloca un estrato intermedio reversible entre el original y el nuevo soporte. En nuestro caso se empleó un mortero ligero aplicado en dos capas y compuesto de resina sintética Mowilith DMC2 y microesferas de vidrio huecas. Las nuevas planchas de soporte estratificadas se prepararon a medida y se adhirieron al reverso del pavimento con resina epoxídica.

A continuación se retoma la intervención por el anverso, eliminando las telas colocadas para el arranque con impregnaciones de alcohol etílico. Las incrustaciones de carbonato de calcio que impedían la correcta lectura del diseño se limpian con microproyección, empleando según las zonas óxido de aluminio, microesferas de vidrio o polvo de almendra. Se recolocan sobre un mortero natural las líneas de teselas que se habían sacado durante la extracción y se aplica finalmente sobre toda la superficie silicato de etilo diluido al 50% en White Spirit.

Trasladado el mosaico a la sala de exposición se opta por rellenar las lagunas con una mezcla de gravillas sueltas de color negro y marfil que ofrece una vibración, textura y tonalidad muy próxima al original, insinuando las principales líneas del dibujo perdidas con gravilla negra, en este caso adherida sobre listones de madera.
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